domingo, 6 de enero de 2013


Historias mínimas

 “Voy a seguir viniendo hasta que aparezca de nuevo” Así me dice como obnubilado, con la mirada perdida. Cuando le pregunte si sabia algo más de esa mujer me dijo que  sólo se acordaba del apodo. Loba. Algo con loba era…Rusa loba, Tana Loba, algo así me dice balbuceante. Me  contó que la conoció en una noche de las desquiciadas 22, que apareció entre las otras y que se le frenó enfrente. Que era un monumento de hembra, que la remera la explotaba. Pobre Pablito es muy  calentón el loco,alzado para ser gráfico y la verdad que mucha suerte con las minas no tiene …. Me acuerdo que a esa noche de fiesta estaba invitado Rinaudo también, el loco muy buena onda se apareció en medio del festejo. Todo estaba saliendo muy bien.Redondo.

Ahí estaba Pablito, entre triperos como le gusta y esta  esa mujer  de la que no se acordaba el nombre que ya le habia preguntado, por algo que le pasa siempre. Les pregunta, le dicen y se olvida. Yo creo que es un problema de confianza. Da por hecho el rebote. Entonces como que apaga el audio. Ella le contestó y él retuvo lo que pudo (o lo que quizo) El apodo y el tamaño de las tetas.

Parecia que a Pablo se le daba al fin la mina que aparecio de la nada, tripera como el bosque, se  había quedado con él. Definitivamente ella era la que había tomado las riendas del juego y eso lo incomodaba, le costaba la conversación. Se sintió ahogado, con mucho calor. Le pidió que lo esperará  que iba al baño y volvia. “Te espero en la barra” le dijo ella.

Te conté que andaba Fito esa noche. Bueno en el baño que estaba lleno de gente y de cosas a uno se le fue la lengua con el ídolo que había ido de onda…para qué! Tole- tole en el baño y Pablo en el medio. A los empujones, perdiendo tiempo primero, perdiendo un diente después, perdiendo sangre más tarde y el conocimiento para después terminar acá donde estamos ahora, como cada fin de semana después de ese día.  En la barra de un club vacio, sin música, ni mozos, ni gente…ni Loba.  “Voy a seguir viniendo hasta que aparezca de nuevo” me dice con la mirada perdida. Pablito nunca fue el mismo después de aquella noche.

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