domingo, 18 de marzo de 2012

Torneo aparte


Por ahora y por un buen rato, lo atractivo del torneo lo plantea la realidad de sólo dos equipos que hasta los mismos colores tienen. Una carrera de obstáculos hasta la salvación final, esa que se corona una vez que le escapa alguno a la guadaña del fantasma del descenso. En ese sub-torneo los Matadores blanden y blanderán espadas hasta el último aliento. Los de Boedo y los de Victoria. San Lorenzo y Tigre bien al centro del Circo Romano. En 2008 fueron parte de un triangular por el campeonato local junto a Boca y hoy juegan un torneo aparte para no volver a la B, situación que el mundo futbolero sigue de cerca a la hora de repasar los resultados o de chusmear por cuarta vez la repetición de los resúmenes de los deportivos de tv.

Un tema interesante es el como, una de las cinco máximas del periodismo. San Lorenzo al contratar a Madelón toma una decisión de equipo desesperado. Tanto el propio Leonardo Carol y Caruso Lombardi (Como en su momento Mostaza y Falcioni) juegan en la cabeza de algunos dirigentes como talismanes, como imanes de puntos salvadores. Lo que en la jerga redonda se llama, particularmente, por que no decirlo o debatirlo alguna vez “técnicos sacapuntos”. Cierto es, que justa o injustamente, más allá del pasado que une a Madelón con una rica parte la historia del Ciclón no es el perfil de entrenador que completa el formulario de DT de equipo grande a fuerza de Carisma, estampa, amigos periodistas y sobre todo algunos laureles pesados recientes o pasados.


Por su parte, Tigre arma y juega con una apuesta totalmente diferente. Elije un reciente ganador nato como jugador, pero con nula experiencia para dirigir al equipo que se encuentra en igual o peor situación que el Cuervo. En ese contexto aparece Arruabarrena, quien hace sus movimientos de manera atrevida. Con prioridades claras en los 90 minutos, su equipo se presenta ordenado, agresivo y aguerrido. En ese orden. Bien, en forma seguida, regular a veces pero pocas dando pena encara su desafio este entrenador. Y aquí un contraste interesante. Para una situación límite el más chico se viste de amo y el grande de esclavo.

El fútbol, ilógico, dará su veredicto final en doce, trece capítulos más pero a futuro la ventaja es para Tigre. Si por este verso del promedio se hunde y aún así continua esta mentalidad de juego logrará marcar una identidad que lo devolverá rápido a los primeros planos. San Lorenzo en cambio, sabiéndose grande, en algún momento, a la larga o la corta, deberá cambiar el chip que lo dejó donde y como esta hoy. De lo contrario veremos pronto a un Santo buscando los documentos entre tantos papeles revueltos.


Apartado para la Copa Argentina desde lo emocional. Rara desde su organización, de nocturnos cimientos y lejana desde los tablones para la mayoría. No deja de ser una posibilidad para expresar el amor más desinteresado por un equipo para los pequeños grupos que se trasladan por la rutas argentinas para medirse con algún once formado por desconocidos o para que los pibes del barrio, que curten ascenso desde siempre puedan cantarle “Sos de la B” o ¨Hijos nuestros” a alguno de la Primera caído en desgracia. Eso, felizmente y pese a quien le pese, no deja de ser una para el lado de los pobres. Bienvenido ese momento de satisfacción.

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