miércoles, 19 de octubre de 2011

La palabra clave es adaptación


En la lucha diaria a los nuevos bríos o a los cambios bruscos. En nuestros trabajos a las dificultades, en las parejas a la convivencia y los ejemplos siguen, a pesar de todo siempre podemos elegir qué clase de camino continuar. O podemos adaptarnos.

El fútbol argentino, exagerado o desmedido que parezca, también ofrece posibilidades y situaciones que suelen (o solemos equivocadamente o no) llevarnos a situaciones similares a las de la vida cotidiana, sin embargo, los clubes y los futbolistas (exclusivamente ellos) no pueden contar con el privilegio de la libre elección. Por caso, en plano futbolístico, Gimnasia paga la adaptación a una nueva e indeseada categoría, Central la pagó una temporada entera y Huracán, mal que le pese a alguno, conoce alarmantemente lo que es la militancia del ascenso por citar a los nombres pesados de la BN.

Sin embargo River hace excepción, en realidad la AFA la impone. Y decreta que la categoría debe adaptarse al millo y no la viceversa, como debiera ser.

También expone a los clubes y a los pocos tipos capaces que componen los organismos de seguridad. Todo por un decreto condenable que crece alrededor de un descarado interés económico que pone en riesgo al hincha común. En riesgo de vida. Con 257 víctimas y mucho más de la mitad de los casos por resolver aplicar la convivencia de hinchas locales y visitantes, luego de un parate de cuatro años, sin haber concluido ninguno de los clubes las obras faltantes para poder recibirlos, sin haberse presentado un solo proyecto serio al respecto y sin haberse implementado nuevas medidas de custodia abrirle las puertas al riesgo de tragedia, es al menos, desmedido y sentenciable.

Hay que adaptarse como dijo Julio Grondona, la seguridad y los hinchas del resto a la AFA y a River , el club que tiene socios que se apuñalan dentro del club y una barra que rompió los perímetros en Córdoba para increpar a sus jugadores dentro de la cancha y ya con descenso consumado destruyó su cancha y su barrio.

Adaptarse a Don Julio o adaptarse a Daniel Vila, el nuevo titiritero, el padre de los hinchas neutrales, contrapunto de Grondona aunque se parezcan mucho más de lo que el propio Vila quiere creer.

Como periodista me cabe poner lupa en el asunto por obligación profesional. Como espectador desearía no adaptarme, olvidarme de este circo y dedicarme a otra cosa. Pero me resigno y me adapto yo también.

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