Un día después del día de la Mujer Mundial, desde acá casi es una obligación darle un espacio de difusión a la carta abierta de Mónica Nizzardo, cara visible junto al abogado Mariano Bergés, de la ONG Salvemos al fútbol.(Link a la izquierda de la pantalla).
Ex dirigente de Atlanta, docente y actriz, Mónica es bandera de lucha contra la violencia, la corrupción y todos los demás temas que atentan contra los espectáculos deportivos.
En un mundillo dominado por hombres la nota y la batalla la da una mujer.
El mundo que imaginé y por el cual emprendí mi lucha(Por Mónica Nizzardo)
La sociedad Argentina se caracteriza por estar basada en un sistema perverso de ‘contactos y relaciones’.
A lo largo de su historia, las instituciones fueron poco a poco contaminándose. Dirigentes políticos, gremiales, de futbol, etc. se sumaron entremezclando un sinfín de ‘contactos y relaciones’, encargándose de empalmar lo blanco con lo oscuro hasta transformarlas en un todo sin color, corruptas.
Los que fueron y siguen llegando a ellas con energía, honestidad, convicción de dejar su tiempo y muchas veces hasta dinero por esa maravillosa pasión de hacerlas crecer, y modificar ‘lo que esta mal’, son ‘chupados’, inconmensurablemente por la corriente del submundo de las cuestiones de extraños pactos y arreglos, en donde todo lo simple se vuelve confuso. En donde lo confuso cuando se investiga termina siendo ilegal.
“La confusión no tiene responsables y es la que debe reinar en los clubes de futbol”-me dijeron un día.
‘Sin saber por qué’ -dicen- las muchas ‘buenas personas’ que quedan día a día atascadas y para siempre como cómplices en el laberinto del barullo interno, y se vuelven limitados, necesitados, y dependientes de esos otros ‘oscuros entendidos’ en esa pelotera por ‘el bien’ de la institución que dicen defender.
Tal como los niños, se aprenden los códigos de manipulación para lograr lo que se quiere, y lo primero que se quiere es la aprobación. Así, se ejercita cuales son las emociones apropiadas y las respuestas que ellas provocan. Se asimila lo que funciona y lo que no funciona para obtener lo deseado. Quien entiende esto a la perfección en una institución de futbol será lógicamente, quien la represente en AFA.
Si hablamos del sistema de Habilitaciones, la cintura política es la que prima. Espacio y tiempo siempre tienen su precio.
Si del Judicial se trata, quedamos en la nebulosa entre el negocio del tráfico de información, por un lado y el de influencias, por el otro, todo depende de la ‘calidad’ y habilidad de los involucrados. Empleados del poder judicial, periodistas, abogados, y civiles varios juegan al truco con fojas de expedientes.
“El truco es un juego de viveza” -me explicaron una vez- “Pero en el Póker se puede mentir más”, concluyeron. Por lo que debemos contentarnos que la Justicia solo va por el truco, pero canta falta envido y muestra ‘sin querer queriendo’ –como decía el chavo- las señas a los rivales. Los gobernantes siempre fueron por más, juegan al póker sin cartas y nos quieren convencer de los tantos que tienen para ganar.
Nada nuevo en este relato. Todos los argentinos sabemos que esto ‘es así’. Pero hay muchísimos quienes que insisten con que ‘es así y no se puede cambiar’. Obstinados en repetir esta afirmación dan como resultado obvio, más de lo mismo.
“Si quiero que me pase algo diferente tengo que hacer algo diferente” –me dije-
Así nació Salvemos al Futbol. Junto a Mariano Bergés nos propusimos esta variante contra la pobreza de opciones disponibles en el mercado de este sistema corrupto argentino.
Es necesario provocar constantemente la reflexión interna, para que cada uno visualice cual es su aporte para modificar la sociedad de la cual se queja.
El mundo está dividido en dos: el mundo de los buenos y el de los malos. A su vez el mundo de los buenos también esta fragmentado en dos: los que están dentro del sistema, y los que no. En este último se encuentra SAF, independiente por convicción. Sin intereses económicos, ni banderías políticas emprendimos una lucha por un futbol sin violencia ni corrupción, apostando a un sistema sin pactos ni oscuras relaciones, en pos de la transparencia en las instituciones que habitan en él.
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